Se trata de Enrique Chimonja Coy, quien había sido postulado al premio por desarrollar acciones humanitarias por más de 20 años en la Comisión Intereclecial de Justicia y Paz, fue distinguido en la categoría “Experiencia o proceso colectivo del año”.
Por: Gisela Hurtado Celis.
El haberse desempeñado por más de veinte años como defensor y acompañante de las víctimas de violación de Derechos Humanos en varias regiones del país, especialmente en el Valle del Cauca, inclusive exponiendo su integridad en medio del agitado conflicto armado reinante en el país, le significo a este docente hacerse al máximo reconocimiento como promotor de la dignificación de la vida humana.
Se trata de Enrique Chimonja Coy un defensor de Derechos Humanos proveniente de Palestina sur del Huila, quien tras haber sido postulado al premio del que también disputaron varios trabajadores sociales del país, resultó siendo el merecedor de la distinción.
El líder fue declarado ganador en la categoría Defensor del Año, premio que le significo hacerse a la distinción por parte de Diakonia Colombia y las delegaciones eclesiásticas de Suecia, que junto con la Organización de las Naciones Unidas, definieron reconocer en el trabajo del opita, uno de los referentes a premiar.
Durante dos décadas éste opita se ha mantenido firme en su trabajo y en su voluntad de ayudar a las personas quienes más lo necesitan, a acompañar por medio de la Comisión a las comunidades que retornan al territorio. “Este es un reconocimiento al trabajo de un equipo de personas, es el reconocimiento a nuestras comunidades, a nuestros campesinos, indígenas y afrodescendientes quienes han luchado por la defensa del territorio y por la memoria de sus seres queridos asesinados en medio de este conflicto interno; seguiremos trabajando por defender los derechos de los buenos y de los inocentes, de nuestros hermanos” manifestó Chimonja Coy al recibir el premio.
Ha estado al servicio de esta labor en regiones colombianas como el Chocó, la cuenca del Cacarica, el Meta, en Cauca, Putumayo y actualmente acompaña los procesos de las comunidades afros e indígenas de Buenaventura y el Bajo Calima.